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El conjunto arquitectónico

El conjunto arquitectónico se articulaba en tres recintos diferenciados que se adaptan al cerro en forma de terrazas superpuestas. La residencia del rey, el cuerpo principal del conjunto, ocupaba la cima y alrededor, dejando un espacio entre uno y otras, se situaban las dependencias complementarias (cocina, halconería, letrinas, almacenes, etc.). El nivel inferior, ceñido por un muro, estuvo ocupado por la huerta o jardín del castillo.

La residencia de los reyes

El edificio principal, dedicado básicamente a funciones de sede real, presenta planta rectangular, de 47,6 m. de longitud por 26,2 m. de anchura (la superficie interior es de 941,7 m2), con una orientación norte-sur, reforzada al exterior por trece contrafuertes, uno en cada esquina y el resto repartidos simétricamente en los paños, y con el acceso ubicado en la parte oriental. El edificio principal se organiza en tres cuerpos, uno central cuadrado y dos laterales rectangulares, zonas de residencia y de servicio.

El ingreso al interior del edificio se hacía a través de una torre-puerta, sobresaliente del paramento principal, con un corto y recto pasaje de acceso. Su anchura es de 2,30 m. y se cerraba con un portón de madera asegurado por dos trancas. El suelo estaba pavimentado con losas bajo las que pasaba un canal por el que discurría la tubería de alimentación de la fuente ornamental del patio.

El edificio contaba con dos pisos, planta baja y primera, a los que se accedía por dos escaleras que discurrían cada una de ellas por un pasillo abierto en el interior de los muros que separan el patio de los cuerpos laterales. Sólo se conservan restos parciales de esos pasillos, que se iluminaban con pequeñas ventanas abiertas al patio, y las escaleras; la mejor conservada es la situada al Sur.

Todas las estancias, en la planta baja y en la primera, disponían de chimeneas, cuyo aspecto se puede reconstruir a través de las fuentes arqueológicas y gráficas. El hogar propiamente dicho constaba de un rectángulo de sillares de piedra arenisca en cuyo interior se colocaron trozos de tejas colocadas de canto; la campana, de la que se desconoce el material de construcción, se apoyaba en sillares de arenisca finamente labrados. El testero, o trashogar, estuvo originalmente hecho de sillares de piedra; tras la reconstrucción del s. XV se hizo de trozos de teja revocados.

Las cámaras de los cuerpos laterales, en ambos pisos, se iluminaban mediante un gran número de ventanas, 21 en total. El cuerpo central tenía 4 ventanas al exterior, y un número indeterminado al patio; la planta baja sólo se abría al patio. Las ventanas eran en arco ojival, abocinadas y con derrame interior escalonado. Su anchura media es de 0’8 m. en el interior y de entre 0’6 y 0’5 m. en el exterior. La altura del alféizar respecto al suelo de las cámaras podría hallarse entre 1’8 y 1’9 m., altura similar a la que había respecto al exterior, según las zonas. Las ventanas tenían un solo vano con el tímpano ojival que conformaba el hueco rectangular y estaba decorado con sencillas tracerías lobuladas.

Detalles constructivos

Hay muchas pruebas de la rapidez de la construcción, hecha de una sola vez en un único momento constructivo. Las marcas de cantero que señalan los sillares de arenisca se reparten de modo uniforme por todo el edificio, hay irregularidades en las hiladas de los muros que a veces muestran escalones o se alinean irregularmente, la poco cuidada factura del sillarejo utilizado en la construcción de los muros y la presencia de grietas antiguas que fueron provocadas por el asentamiento del terreno al poco de levantarse los muros, son hechos que indican una cierta prisa en la ejecución de la obra.

Los muros principales tienen una anchura de entre 2 m. y 2’9 m.. Fueron realizados con el sistema de tres hojas: dos caras exteriores a base de sillarejo de piedra caliza y arenisca y un relleno interior a base de restos de talla, todo ello unido con mortero de cal. La sillería se reservó para esquinas, arcos, nervios, dinteles y elementos decorativos. Una línea de imposta recorre todo el edificio, diferenciando las dos alturas del mismo. La cimentación está realizada con sillarejo similar al de los alzados.

La frecuente presencia de restos de enlucido, habitualmente de color blanco, en muchas zonas del edificio, al interior como al exterior, apuntan a que los muros debieron estar encalados en su totalidad. En el interior se conservan restos de pinturas decorativas consistentes de un fondo de color crema con un despiece de sillería en rojo y blanco, muy típico de los siglos XIII y XIV.

Los suelos, de las plantas bajas laterales y el primer piso del patio, se pavimentaron originalmente con baldosas de formas cuadradas y triangulares formando tapices con las piezas bicolores decoradas, marrón y blanco, en el centro y las lisas, verdes o marrones, formando cenefas. La decoración de las baldosas consiste en motivos zoomorfos, vegetales y geométricos de color crema sobre fondo marrón rojizo. Se trata de dibujos cuyos modelos proceden de Champaña, en Francia, aunque parece que las piezas recuperadas en Tiebas fueron importadas directamente de talleres champañeses en vez de fabricarse aquí, en Navarra.

También hubo suelos de tierra apisonada y de losas rectangulares de piedra, utilizados básicamente en los suelos de las plantas superiores de los cuerpos laterales.

Los tejados estaban cubiertos con tejas planas vidriadas en verde, amarillo y marrón con las que se componían motivos decorativos al uso del Norte de Francia. También se utilizaron lajas de piedra como techumbre. Los tejados contaban con canales de plomo para conducir el agua de lluvia al exterior que se impermeabilizaban regularmente.

El edificio contaba con una rica decoración escultórica, tal como muestran cuatro ménsulas y dos capiteles (hoy en la parroquia de Santa Eufemia), así como una gárgola y fragmentos recogidos en las excavaciones arqueológicas. Los motivos decorativos representan elementos vegetales de pencas y grandes rostros de facciones grotescas. Se trata de modelos directamente emparentados con los que se decoraban las obras hechas por el rey San Luis de Francia, suegro de Teobaldo II, en el castillo del Louvre hacia 1240-1250.

Las características de la planta y la distribución interior del edificio principal de Tiebas recuerdan mucho a la de la residencia de los reyes de Navarra y condes de Champaña en Provins.