El caserío se sitúa al oeste del castillo, dispuesto en alto, cabalgando sobre la falda del montículo donde se asienta, y alrededor de la iglesia parroquial. Está muy renovado en su mayor parte aunque quedan algunos edificios de los siglos XVI, XVII y XVIII. Si exceptuamos las viviendas de nueva construcción, el caserío actual de Tiebas es prácticamente el mismo que puede verse en el plano del castillo y la villa de finales del s. XVIII.
Las casas responden a un modelo constructivo similar. Se componen de grandes bloques con tres alturas, con vanos rectos y puertas que tienen a veces forma de medio punto. Se conserva una casa con arco apuntado, gótico del s. XVI, y otra con un con dintel moldurado barroco decorado con rosetas. Los muros están levantados con sillarejo, habitualmente enlucido en blanco de manera que se haga un contraste con los sillares bien escuadrados que enmarcan los vanos y las esquinas; en algunas viviendas se ha optado por descubrir el sillarejo eliminando los revoques. Las cubiertas suelen ser a dos o a cuatro aguas y los tejados se componen de teja curva árabe. Las casas no suelen llevar decoración aunque encontramos algunos detalles como un arco de entrada con la inscripción “AÑO DE 1797” o una vivienda que lleva en la puerta el anagrama de Cristo (IHS) sobre cartela de cueros retorcidos.
Una fotografía de la década de los años 60 del siglo XX muestra que las casas de la villa llegaban hasta las cercanías de las ruinas del castillo-palacio y de la ermita de Santa Catalina. Es posible que dichas casas fueran antiguas, quizás de origen medieval, por lo que es posible que hubiesen formado parte de las dependencias auxiliares del palacio (caballerizas, graneros, etc.). Hoy día han desaparecido sustituidas por construcciones contemporáneas.
En la entrada occidental del pueblo, junto al ayuntamiento, en la Calle Mayor, hay un crucero, sustituto de uno antiguo hoy desaparecido, que fue hecho en el s. XX y es una copia del crucero de Ororbia, obra del s. XVI. Se conserva la fuente, con un sencillo arco de medio punto con dos caños, rematado por un dintel con un gran florón de piedra; detrás de la fuente se encuentra el acceso a un subterráneo desde el que se llevaba agua al castillo mediante tuberías de plomo. Junto a la fuente se encuentra el lavadero, una pequeña construcción rectangular del s. XIX. Se conservan en el lavadero varias piezas de piedra que se utilizaron para soportar aquella tubería.
