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Ala Norte

El ala septentrional tiene 8,70 m. de anchura. Se entra en ella desde el patio por una puerta ubicada en su lado Sur. La comunicación entre los distintos niveles era exactamente igual que en el ala Sur: desde un vestíbulo cuadrado se pasaba a una escalera encajada en un pasillo en el muro de separación entre patio y ala Norte.

El vestíbulo, rectangular (2,2 x 1’5 m.) y pavimentado con losas, se cubría con una bóveda de crucería. Constaba de tres puertas, una al patio, otra al ala Norte y otra a las escaleras, cada una con su hoja, de las que se conservan sólo los tejuelos del umbral para los goznes de las puertas y las mochetas donde encajaban éstas.

Esta estancia se encuentra muy deteriorada. Originalmente contaba con dos pisos, planta baja y primero pero hoy día ha desaparecido toda la parte alta excepto un pequeño resto en la esquina Sudeste.

La planta baja tuvo diferentes usos a lo largo de la historia.

 

La sala en los siglos XIII y XIV

La planta baja estaba dividida en dos partes desiguales por un tabique de madera que dejaba al Oeste un cuarto de 5,6 m. de largo (49,28 m2) y al Este un salón de 15,9 m. de longitud (139,92 m2).

 

La antecámara

El vestíbulo se iluminaba con cuatro ventanas de 0,8 m. de anchura y alfeizar escalonado, dos al Oeste y dos al Norte. Este cuarto tenía un suelo de tierra apisonada de color rojizo. Serviría posiblemente de antecámara al gran salón al que daba paso un puerta abierta en el tabique de madera que separaba los dos ámbitos.

En su esquina Sudoeste, cuatro escalones daban acceso a una puerta que conducía a las escaleras de un estrecho corredor (1,20 m. de anchura) por el que se iba al recinto de las letrinas, documentado en las fuentes escritas y gráficas, como situado en un anexo del lado Oeste del edificio.

 

El salón

No sabemos cuál sería el uso que se daba a esta habitación pero lo más probable es que se utilizase para comidas, cenas u otro tipo de actos sociales, bien celebrados por los reyes de Navarra durante sus visitas, bien por el senescal y gobernadores que habitaban el lugar durante la ausencia de los monarcas.

El salón estaba iluminado por cinco ventanas, tres al Norte y dos al Este. Se trata de ventanas altas y estrechas, con más de 2 m. de alto y unos 80 cm. de ancho. En arco ojival, tenían derrame interior abocinado, alféizar escalonado y dos molduras decorativas a media altura. 

Los suelos se pavimentaron originalmente con azulejos vidriados bicolores (rojo y blanco) y lisos (verdes), de formas cuadradas y triangulares (miden 13 x 13 cm. y 2,5 cm. de grosor). Las decoraciones, estampilladas, incluyen motivos zoomorfos (dragones, aves), vegetales (hojas, tallos …) y geométricos (círculos lisos y dentados, cintas y líneas lobuladas). Los azulejos conformaban un tapiz con composiciones variadas, se han podido distinguir hasta 16, organizadas en paneles de dieciséis azulejos bicolores separados por hileras de piezas monocromas.