En la zona oriental del recinto inferior, frente a la puerta principal, se localizaba un edificio de planta rectangular, que debió tener un porche y que albergaba el horno, la cocina y almacenes anexos como la despensa o la sala de la halconería.
La construcción de estos muros se hizo contra terreno, empleando sillarejo trabado con argamasa, formando un sólido conjunto tal como demuestran los tramos enteros de lienzos de pared que están tumbados y derribados por la ladera.
Durante el reinado de Teobaldo II, se realizaron obras en la cocina, reparando la pared, la chimenea y el horno. Las paredes se levantaron de piedra, con una altura de 14 codos y medio a la parte de fuera (unos 7,25 m.) y 11 codos por la que miraba hacia el castillo (unos 5,5 m.). Se colocaron en la techumbre vigas de roble de Lanz y Olagüe, y encima la cubierta de tabla y losa.
El año 1345 se arregló el horno porque “estaua por cayer”, incluyendo “el cayno que va del forno enta fuera”.
La cocina tenía un anexo, el “gardamanger” o despensa, en 1355. En 1374 se volvió a laborar en la cocina: “adobar et dreçar la chaminea mayor de la cozina del dicho castieillo et en recobrir la dicha cozina, por razon que era cayda et desbaratada, que non podian fazer fuego bonament en la dicha cozina”. En 1377 se dice que la chimenea de la cocina era “grant et beylla” y se tenía “un gardamanjar con su sarrazón”; para completar el conjunto se construyó “un cobertiz a la entrada de la cozina, con sus finiestras pora dar viandas, engisado todo” y se reedificó la cocina “de la quoal partida era cayda et lo que fincaba yba toda a cayer”.